¿Qué hace a una película mala? No lo sabemos, como tampoco lo que hace a una buena. La valoración solo se puede hacer en torno a una obra específica y lo que vale para una puede no valer para otra casi idéntica. La historia del cine está llena de películas mediocres que fueron o siguen siendo aclamadas. También hay centenas de obras magistrales que fueron o siguen siendo repudiadas u olvidadas. Al contrario de lo que dice el refrán, de gustos hay muchísimo escrito pero todavía queda muchísimo más, tanto como obras por valorar, por escribir.

La crítica y el público a veces coinciden en alabar o machacar una película, otras se enfrentan de un modo totalmente opuesto. En algunas ocasiones ni una ni la otra se ponen de acuerdo ¿Estos fenómenos hacen que la valoración de crítica y de público sea menos fiable que una escopeta de feria? Por supuesto, ahí reside su gracia, en la mutación y división del gusto. Hay obras que, por determinados e inclasificables milagros, pueden ser malas y buenas a la vez. Otras que empiezan siendo malas y con los años son magistrales… Y eso que no han cambiado un solo plano. Es lo que se llama ganar o perder con el tiempo. Pero ¿Qué hace a una película mala convertirse en buena? Como decíamos en un principio, depende de la película pero pocas han evolucionado como ‘Showgirls’.

showgirls gina gherson elizabeth berkley
.

Dirigida por Paul Verhoeven y con guion de Joe Eszterhas, ‘Showgirls’ trata sobre una misteriosa chica, Nomi Malone, que llega a Las Vegas con la esperanza de ser bailarina. Tendrá que comenzar en un club de striptease hasta llegar a un espectáculo más “fino” pero igual de objetificador. Por el camino se topará con una infinita serie de hombres miserables, nos dará alguna que otra muestra de sororidad en medio del machismo reinante y se irá de la ciudad tan misteriosa como se fue. La película ganó 7 Premios Razzie en 1995 y en 1999 le dieron el mismo galardón a Peor Película de la Década. Aunque la taquilla fue un éxito, los críticos de los medios más importantes del mundo la macharon sin piedad. El éxito del público se obvió y fue achacado a la carne enseñada en la cinta. 25 años después ya son más que menos los que hablan de ella como una obra maestra y no son pocos los que dicen que la tildada Peor Película de los Noventa no está muy lejos de ser la mejor.

El pasado 2019 se realizó un documental que llega a Filmin el 25 de este mes de septiembre sobre tan brutal cambio de miras con respecto a la cinta. Titulado ‘You Don’t Nomi’ y dirigido por Jeffrey McHale, la cinta viene a ser la consecuencia de este extraño fenómeno que vamos a intentar desentrañar. ‘Showgirls’ se ha convertido en un título de culto, una película-obsesión que forma parte de la personalidad de sus más acérrimos fans. Pero no podemos reducir ‘Showgirls’ a un fenómeno “tan mala que es buena” tipo ‘The Room’. Lo cierto es que ‘Showgirls’ camina en el alambre entre lo magistral y lo ridículo como ninguna otra cinta.

showgirls gina gherson elizabeth berkley
.

Estrenada 3 años después por la misma pareja director-guionista que ‘Instinto básico’, nada debería de habernos hecho pensar que la película no tendría un fuerte contenido erótico. De hecho, no podemos sino recordar que Paul Verhoeven también es el director de ‘Delicias holandesas’ (1971) o ‘Delicias turcas’ (1973). Algunos también recordarán a la mujer de tres pechos de su ‘Desafío total’ (1990) la escena del tinte púbico de ‘El libro negro’ (2006). De hecho, su última película es ‘Elle’, un relato sobre el morbo de la violación que, si tuviese nacionalidad americana y no francesa hubiese tenido un encendido y furioso recibimiento. Pero Verhoeven no es un provocador barato, es un cineasta que integra el sexo en cada una de sus obras, para bien y para mal.

showgirls elizabeth berkley
Getty Images

Con esto en mente y teniendo en cuenta que la cinta trata sobre strippers en Las Vegas y que su trasfondo es la cosificación de la mujer como espectáculo capitalista en un mundo heteropatriarcal, podríamos acusar a ‘Showgirls’ de tener demasiado POCO sexo. La protagonista pasa de un burdo local de Pole Dance a un espectáculo, lleno de brillante escenografía, pero en el que va, más o menos, con la misma cantidad de ropa. ‘Showgirls’ es un topless continuo y así quedó reducida, como una película de tetas para el disfrute masculino. Puede que algo de eso hay haya, pero en tal cantidad de pechos también hay un mensaje que anula la propia exhibición de los mismos. Muchas películas más cobardes guardan o exhiben el desnudo de su protagonista, pero no ‘Showgirls’, ‘Showgirls’ muestra un mundo de carne continuo donde, por pura abundancia, este no es el tema principal. Quiere retratar un mundo donde la carne del género femenino es el género del escaparate, y lo hace.

showgirls gina gherson elizabeth berkley
.

De forma similar a como sucede en ‘Thelma & Louis’, icono del cine feminista de los 90 cuyo mensaje fue tachado de varias barbaridades, otra cosa que chocaba más y peor entonces que ahora es el retrato de ‘Showgirl’ del patriarcado. Solo una película que abraza tan desvergonzadamente el mundo de la exhibición y cosificación femenina podría permitirse crear un retrato tan demonizador de los hombres. Todos, de clases y puestos distintos, son personajes miserables hambrientos de sexo y poder que hacen del mundo de las mujeres que les rodean un lugar peor. El verdadero camino de la protagonista aparenta ser un simple “sueño americano” en Las Vegas, triunfar como bailarina. Acaba, sin embargo, por ser un relato de independencia y sororidad donde su clímax será hacer las paces con su rival, la estrella del espectáculo, y vengar a su fiel amiga tras una brutal violación ¿Podemos decir que ‘Showgirl’ es machista? Quizás ¿Podemos decir que es feminista? Sin duda.

showgirls gina gherson elizabeth berkley
.

Más allá del sexo y la representación femenina, lo que más llama la atención sobre la supuesta “maldad” de ‘Showgirls’ es su tono, uno increíble y único. Los diálogos, la estética, las interpretaciones, el ritmo, suceden a un nivel indescriptible de artificio e ingenuidad que para muchos resultó ridículo. Lo cierto es que la carrera de Paul Verhoeven tuvo el bendito problema de tener varios éxitos de taquilla sin dejar de ser profundamente de autor. Vamos, que es bastante particular. A veces los cineastas más personales tienen esa suerte de hacer coincidir su singular visión con las masas, pero hablamos de excepciones. Tras cintas como ‘Robocop’, ‘Desafío total’ o ‘Instinto básico’, ‘Showgirls’ también fue un éxito de público. Sin embargo, la particular visión de Verhoeven aquí cayó en saco roto.

Quizás merezca la pena atender aquí a que el personaje masculino principal de la película está interpretado por Kyle MacLachlan, actor fetiche de David Lynch que ya había rodado clásicos como ‘Twin Peaks’ o ‘Terciopelo azul’. Si atendemos a otro clásico noventero de Lynch como es ‘Corazón salvaje’, lo cierto es que vemos bastantes paralelismos con ‘Showgirls’. Las interpretaciones de la cinta y sus diálogos se mueven entre lo cursi y lo infantil, sin perder nunca lo pasional y lo morboso. Si esta cinta hubiese venido bajo la etiqueta de un cineasta “raro”, “de autor”, “de nicho”, hubiésemos apreciado ese tono enseguida con la exquisita originalidad y extrañeza que lleva ya 25 años enamorando a fans.

showgirls elizabeth berkley
Getty Images

Aunque podríamos hablar del trabajo de MacLachlan o Gina Gershon, intérpretes que, pese al fracaso de la cinta, han continuado una larga y exitosa carrera, tenemos que detenernos en la protagonista. La interpretación de Elizabeth Berkley fue vilipendiada y su carrera se truncó para siempre. Es, sin duda, una tragedia injusta. Y no, no lo decimos únicamente por su impresionante atractivo e imponente físico, sino también por todo lo demás. Como corazón de la cinta, la encarnación de Nomi Malone de la chica guapa de ‘Salvados por la campana’ juega en ese conocido registro que tantas burlas le deparó a la cinta. Pero ella lo lleva más lejos y de forma más valiente que sus experimentados compañeros de reparto. De forma similar a lo que hacen Nicolas Cage o Laura Dern con sus personajes en ‘Corazón salvaje’, Berkley parece querer salirse de la pantalla a cada momento. No, no es natural, no, tampoco es realista, pero es mucho más interesante que todo eso. Sus bailes y movimientos de pelvis desatados rayan el ridículo pero también lo sublime de una cinta que juega pasada de vueltas. Su personaje está lleno de carácter pero también de arrolladora sexualidad, de rabia e inocencia.

‘Showgirls’ quedó para la historia y 25 años después ya podemos decir sin muchos reparos que es una gran película. Quizás en otros 25 ya no haya nadie que lo dude. A Elizabeth Berkley, eso sí, estos años se le han ido para siempre. Esperamos que se consuele sabiendo que, poco a poco, el tiempo le hará justicia a Nomi Malone...

showgirls gina gherson elizabeth berkley
.
Headshot of Rafael Sánchez Casademont

Rafael es experto en cine, series y videojuegos. Lo suyo es el cine clásico y de autor, aunque no se pierda una de Marvel o el éxito del momento en Netflix por deformación profesional. También tiene su lado friki, como prueba su especialización en el anime, el k-pop y todo lo relacionado con la cultura asiática. Por generación, a veces le toca escribir de éxitos musicales del momento, desde Bizarrap hasta Blackpink. Pero no se limita ahí, ya que también le gusta escribir de gastronomía, viajes, humor y memes. Tras 8 años escribiendo en Fotogramas y Esquire lo cierto es que ya ha hecho un poco de todo, desde entrevistas a estrellas internacionales hasta presentaciones de móviles o catas de aceite, insectos y, sí, con suerte, vino.  Se formó en Comunicación Audiovisual en la Universidad de Murcia. Después siguió en la Universidad Carlos III de Madrid con un Máster en Investigación en Medios de Comunicación. Además de comenzar un doctorado sobre la representación sexual en el cine de autor (que nunca acabó), también estudió un Master en crítica de cine, tanto en la ECAM como en la Escuela de Escritores. Antes, se curtió escribiendo en el blog Cinealacarbonara, siguió en medios como Amanecemetropolis, Culturamas o Revista Magnolia, y le dedicó todos sus esfuerzos a Revista Mutaciones desde su fundación.  Llegó a Hearst en 2018 años y logró hacerse un hueco en las redacciones de Fotogramas y Esquire, con las que sigue escribiendo de todo lo que le gusta y le mandan (a menudo coincide). Su buen o mal gusto (según se mire) le llevó también a meterse en el mundo de la gastronomía y los videojuegos. Vamos, que le gusta entretenerse.