La ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

La ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

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El himno de Rego: votar a los 16 no es "democracia"

Si tan importante es que los menores puedan votar, ¿por qué la ministra Rego no contempla que, además de ser electores, a los 16 puedan también ser elegidos como diputados?

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La no-ministra de Sumar Sira Rego (cuota de Izquierda Unida, apenas conocida por su activismo propalestino y su perfil difuso en el Parlamento Europeo y ahora frente al Ministerio de Infancia y Juventud) ha rebuscado entre las incongruencias de los socialistas, y ha encontrado que apoyaron el voto a los 16 años en una proposición no de ley en el Parlamento, y en una resolución en su último congreso de Sevilla.

De modo que, como bengala del kit de emergencias de náufrago, la ha incluido en ese cajón de sastre llamado Ley de Juventud, para tener algo que tramitar en los próximos meses.

El Gobierno y el PSOE, tanto monta, se han revuelto como gato panza arriba ante el uso y exposición de sus debilidades ideológicas a manos de su socio. Y es que, con las urnas calentándose, una medida como esta (que Sumar asume que favorece a su espacio de extrema izquierda) también favorecería al extremo de enfrente: Vox se frota las manos. Hasta a Alvise Pérez, imputado y todo, le brillan los ojos con un millón más de posibles electores a la vista.

No hay datos sobre cómo votarían estos nuevos electores de 16 y 17 años. Pero si miramos, por ejemplo, el CIS tras las europeas de 2024, la suma de los votantes de 18-24 años de Vox y Se Acabó La Fiesta superó los votos jóvenes del PSOE, el partido más votado.

La treta, al menos para unos días, funciona: corren como la pólvora las encuestas a favor o en contra, los tertulianos se posicionan a un lado u otro. Como si se pudiera resolver con un sí o no una cuestión tan compleja.

Ignacio Garriga, secretario general de Vox, junto a jóvenes de Revuelta, el pasado 29 de octubre en la madrileña Plaza de Colón.

Ignacio Garriga, secretario general de Vox, junto a jóvenes de Revuelta, el pasado 29 de octubre en la madrileña Plaza de Colón. Revuelta

Y es que la simpleza del argumento legislador está a la altura de las propuestas a las que nos tiene acostumbrados Sumar: "Votar a los 16 es democracia. Porque ya trabajan, ya cuidan, ya opinan, ya deciden. También deben poder votar. Ampliar derechos. Reconocer a la juventud como sujeto político".

Miren, pues no. A los 16 los españoles no trabajan, como mucho pueden trabajar (es un decir, somos campeones en paro juvenil en Europa desde hace al menos dos décadas) si sus padres se lo autorizan.

A los 16 los españoles no cuidan, son sujeto obligado de cuidados, como niños que son.

A los 16 años los españoles pueden opinar, faltaba más. Pero, como menores de edad, solo pueden decidir un puñado de cosas perfectamente tasadas y reguladas por ley. Básicamente, contraer matrimonio, emanciparse, hacer testamento, prestar consentimiento sexual y autorizar transferir datos personales y fotos a sitios de internet.

¿Y cómo es eso de que poder votar convierte a los chicos y chicas de 16 y 17 años en sujeto político? Como ciudadanos españoles, ya lo son desde que nacen y se registran, en el Registro Civil. Sujetos políticos especialmente protegidos precisamente por su condición de menores de edad.

Pero, si tan importante es que puedan votar, ¿por qué la ministra Rego no contempla que, además de ser electores, a los 16 puedan también ser elegidos como diputados, senadores, concejales? ¿Sufragismo populista? ¿Edadismo sufragista?

A mi modo de ver, el hecho de plantear que se trata de una simple reforma de la Ley Orgánica de Régimen Electoral (que, por cierto, requiere mayoría absoluta de la Cámara, situación muy improbable dada la actual configuración del Congreso) es de por sí un engaño. Otro.

La LOREG recoge el requisito de la mayoría de edad como condición inexcusable para ejercer el derecho tanto al sufragio activo (votar) como pasivo (ser elegible como representante). Es un derecho fundamental en una democracia, ya que garantiza la participación y la soberanía del pueblo en la toma de decisiones políticas. Y el ejercicio de este derecho es universal, libre, igual, directo y secreto. Sin fraccionamiento posible.

Es la Constitución Española de 1978 la que establece en su artículo 12 que los españoles son mayores de edad a los dieciocho años. Podría ser otra edad (de hecho, anteriormente fue de veintiuno). Pero, en la actualidad, un ciudadano español tiene plena capacidad legal para tomar decisiones y llevar a cabo acciones sin la necesidad de la autorización de un tutor o de un representante legal a los dieciocho años.

Es la edad a la que los ciudadanos españoles tienen los derechos y obligaciones (inseparables) para participar activamente en la sociedad. Y es igualmente la Constitución la que, en su artículo 23, garantiza que cualquier ciudadano español mayor de edad podrá participar en la elección de sus representantes y ser asimismo elegido, si así lo desea.

Por tanto, el debate sobre "rebajar la edad" a la que se puede votar es chusco y mendaz. En todo caso, se trataría de emprender una reforma constitucional de profundo calado, por la que se modificaría la mayoría de edad y, por ende, el sujeto constitucional español de plenos derechos y obligaciones.

Poco importa a este objeto el que algunos países europeos hayan tomado decisiones específicas respecto de la edad de voto local o europeo. La valoración de sus marcos constitucionales es cosa suya.

Pero permítanme incluso ir un poco más allá, porque se abre un camino con consecuencias más allá de las electorales.

¿Hasta qué punto estamos redefiniendo la infancia? Todas las personas menores de edad son, por definición, "niños" en su consideración como sujeto de derechos. En la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989, se entiende por niño "todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad".

Propuestas como la rebaja de la edad de voto abren un debate más amplio sobre los derechos de los menores. Si un joven de 16 años es apto para votar, ¿debería ser considerado también plenamente responsable a efectos penales? ¿Y para el consumo de drogas y alcohol? ¿A partir de qué edad se reconocen determinados derechos y no otros? ¿Por qué a los 16?

Rebajar la edad de voto no es sólo una cuestión política, sino una reflexión sobre la condición de los menores y su papel en la sociedad. Hagan el favor de tomárselo en serio.